Callo, mis relatos son una suma de locuras, pues bien. Tómese a manera de despedida total, pero el que mutila una letra mutila la única democracia plena, hay cosas que no pueden ser robadas ni saqueadas, hay terreno sagrado amor, diría el indio, no importa. No quedo nada que saquear ya. Porque cuando voy a escribir pensar en sí me duele.
Considero que algunos que han dicho ser de izquierda, y en este caso no hablo de kirchneristas que los hubo también o así lo sentí, bien podrían haberse puesto el traje azul, montarse a la cintura la 9mm, y tatuarse a Stalin.
Porque si tan claro era que me pegaban de varios lados ¿qué difeencia hicieron ustedes en los reductos de la iluminación onstante dando la espalda a la pelea de fondo por las libertades a las que consangran cuando se tiene el mismo colo pero no cuando la diferencia manda al corazón a la tiniebla en el que los amores y odios se disfrazan de lo mismo?
¿Es a caso que no es suficiente no ser oficialista para no entender que para los que ven en la obsecuencia la unica amistad posible los que declaman no ser iguales a ellos no deben entonces hacer lo mismo?
No veo, no suelo ver más allá de estos ojos que se me nublan constantemente, bajo pena de ser acusado de ser de Clarín o bajo pena de ser acusado de ser oficialista estamos en la misma arena y ganan esos terceros que ambos dicen no ser.
Hay algo que vale más que los valores dominantes para mí?
Desde luego. Una mano que solté en la lluvia y un cuadreno donde apunté que ser revolucionario no es ser un manual de predicciones consagradas a dogmas inmortales sino morir por la defensa de la posibilidad de la novedad del hombre que se debate entre los sueños imposibles y los amores perdidos en la ruta del desasociego en el que se camina siendo visto como un bocadito por predadores mayores.
Ninguno ampute a los que escriben en ningún bando, porque no siempre sobrará espacio por fuera del tablero para los que se esmeran en recortarlo.
Un triple salto mortal, pero no tengo duda de que ha habido interesados en vaciarme el agua de la pileta hacia la que me dirijo.
A fe de que no es lo mismo que asesinar pero es muy parecida la capacidad de anticipación estanto en vuelo hacia abajo sacar el tapón, mientras he visto a algunos hacer eso les digo, del mañana no esperen el mismo silencio, porque lo que no he de decir yo puede que el karma lo diga solo. Va en realidad para esos terceros que se descostillan de risa y que tantas veces me citaron a mí el karma, cosa en la cual dudo que crean. En definitiva son figuritas todas apiladas, porque cuando pregunte debieron hacer silencio porque ya me habían dicho que eran todos enemigos y ellos lo creyeron, pero ya todos sabían que vos eras culpable sí vos ente otros, así dijo Raul sin decir, y es que les habías hecho creer que yo y me fui, lejos, lejos de todas las filas nac y pop, asqueado de ser movido cual barrilete y lejos de todo y de todos pero miro desde mi distancia, veo al indio y al criollo y veo a los que los ponen en corralones como animales y el mundo mío será que es otro porque todo perdió sentido.
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No sé de amigos ni de enemigos, sé de engañar empleando la palabra amistad y de renunciar a que suceda. El pedido es, odieme. Y haga.
Y elijame junto a los que considera terroristas, o a los que no siempre cuentan cosas felices. No hay problema. Todos hemos sido hijo de alguien, hermno de alguien, padre de alguien, yo puedo no ser e nadie para mejor factibilidad eliminable.
Cada día más oscuro ando sabe. Esos terceros que ríen y encarnan la posición de la parca que aprovecha, esos sí no son ni un poquito de izquierda, ni un poquito progre, lo que en realidad son es una encarnación amorfa de falso republicanismo en el mejor de los casos y e ancestrales latiguillos en el peor, pero mis desvaríos ya no varían demasiado dirá usted, puede ser. No obstante, le comento, las palomas ya no tienen patas donde atar mensaje alguno, las han cagado a tiros hablando mal y pronto. El agua está envenenada como lo está esta historia y los dientes con que las calles que piso ríen no son de amistosa cordialidad. Los felices cumpleaños que me desean a mí se regodean en el placer de haberme hecho el más infeliz ente los infelices. O por lo menos creen que así me derrotarán el espíritu antes de intentar instalarme donde se parece uno más a un espíritu que a una persona.
En ninguno de los casos han podido evitar que inspire a desposeídos y no tengo necesidad de trascender y ser nombre. Porque lo más trascendente ocurre siempre en el espacio donde la historia de las victorias nunca cuenta cuantas vidas le ha costado ser quien es y yo no he venido ni parto con la idea de que los números no hacen a la ciencia lo que la democracia a los votos.
Por eso no busco palcos de cabezas que hagan el gesto de sí, ni colectivos que reparen en plantar muralla a cualquier bala que se dirija hacia mí, no se escribir ni tocar el corazón, puede que el suyo no y que a sus ojos el saber sea más importante que el sentir. Pero no significa por tanto que entonces sea yo merecedor de mejor suerte, vale que asuma entonces el peso que me ha aplastado porque utilidad tendrá siempre, y la presión del que ve posible ganar algo es siempre una fuerza que tienen tantos adeptos como la codicia del verdugo. Yo no soy ambicioso de esas cosas, no sabría que decirle al respecto de mis confusiones ni de con quien me confunden. Pero como ya le digo, si ni los míos me conocían y a veces se nace al lado del enemigo, lo mejor no es siempre lo posible, si algunos solamente aparecen cuando ven sangre derramada, tiene olfato para el criollaje y pa la indiada. Que se aparezcan pues. Les he dicho que estoy solo y no me creen, que me fuí apareciendo solo en un lugar y en otro y no me creen, quizás no les convenga porque les resulte más pequeño el premio, si eso no le define la cosa, más no lo puedo ayudar. Pero pa mí está a la vista, hay usureros y usurpadores y hay corazones que no se complcen con ser cenados por los que vienen comiendo ganado gordo hace tiempo. Especialmente cuando masticamos algunos suelas de zapto.
Donde ven carne tierna meten el cuchillo y hacen el fuego, no les importó edad, nombre, nada, era un ansia de devorar que les enrojecía los ojos y mientras se masticaban sus presas decían que era por y para ellos, para que no sufran. Fíjese usted los que me decían a mi inmoral qué morales que son cuando cenan.
Y tal vez siendo de distinto paraje eso era lo que no avalaba ni yo ni Oscar pero con diferente mirada porque pa cuando se enteró que iban a hacer eso i es que se enteró, ya había recorrido plegarse a alguien o algo tengo entendido, cosas que le cuento me decian unos y otros vio. Y yo no andaba por entonces con demasiado pelos en la lengua porque pa mí un tipo que mata un pibe de un barrio pobre sea del bando que sea y siendo que responde a una gobernación que algunos comparan con Calabró y de la cual escriben que fracazó el complot, para mí no va, y ahí ví las comparaciones nefastas que hacían los que a mí sí metejieron la celada. Pero esto usted no lo sabía, para calificarse ellos me descalificaban a mí por únicamente verlo a usted un par de veces. Y ahí tiene usted los quienes, venía ya de largo con esos que se parecen a stalin y se deliran más zurdos que yo cuando el complot que no se desbarató es el de ellos. Por eso ando solo vio, porque creían que eran la luminaria y se les escapó el tiro por la culata y todavía no lo saben. Yo no compro lo que ellos venden, porque yo no camino con opresores que se deliran lo opuesto y la hacen peor.
http://www.ruinasdigitales.com/descamisado/descamisadofallolaconspiraciondecalabroy15/
Vienen luqueando con lo de una cuenta que ni siquiera tengo desde el año en que vino el tal pablo a llevarse escritos míos, basta venir acá a comprobar como las cosas no son como dicen y sin cuidado me tiene, cada parte participa desde los contactos que se benefició en tener. Y si algunos admiten por sí mismos ser felices jodiendo a otros, me remito a sus confesiones, por lo demás me es simple, hace rato no puedo entrar en cuenta alguna de face. Y basta con que el que arregla las cosas a su modo diga sin que nadie piense en lo que es armar algo con medios de hacerlo, lo que se le antoje.
Hay que reconocer que hizo todo lo posible para cumplir con su promesa. Pero perdió. Lo que sigue es la historia de la conspiración armada por “el tano” Calabró para quedarse con el gobierno de la provincia; es también la historia de su derrota.
Esta historia tiene cuatro etapas: la primera va desde el 11 de marzo hasta el 25 de mayo; la segunda desde esa fecha hasta el 20 de junio; la tercera desde la masacre de Ezeiza hasta el 13 de julio, y la última desde la caída de Cámpora hasta el 20 de agosto.
Al tano no le importaba mucho gobernar, mucho menos hacer un buen gobierno, su interés era conseguir que Bidegain le diera algunos puestos claves en la administración provincial para manejar desde allí sus negocios.
Esa fue su primera derrota. Allí comenzó la conspiración.
Calabró creyó que Bidegain era apretable. Pensó que así lo ablandaría para negociar los cargos que necesitaba; cargos donde corre la tela, desde donde se cuidan los intereses.
Como se supo después por los diarios, el taño quería la Dirección de Hipódromos, la presidencia del Banco de la Provincia y la jefatura Policía. Ya son 45 los caballos de carrera que pertenecen a Calabró, ¿por eso querría la Dirección de Hipódromos? El Banco de la Provincia de Buenos Aires es el segundo del país en cantidad de créditos que concede. Quizá le interesara la policía para proteger los lugares de diversión nocturna que posee en el interior de la provincia.
Pero se enfrentó con un hombre
que estaba dispuesto a compartir el gobierno con todas las ramas del movimiento. A lo que no estaba dispuesto era a negociar cargos por lo que éstos valían en pesos moneda nacional.
Mientras esto ocurría, en Buenos Aires no había enfrentamientos políticos de importancia. El Parlamento, donde hay mayoría sindical, no tenía problemas con el gobernador. La Juventud Perónista participaba en algunos cargos de la administración, lo mismo que la rama política y la gremial.
Pero el 20 de junio cambió la mano.
Calabró descubrió que podía colarse en la conspiración del brujo López Rega.
Su táctica entonces cambió. Desapareció de todos lados. Lo invitan a las reuniones de gabinete y no concurre. El juego era claro: al autoexcluirse, objetivamente convertía al gobierno de Bidegain en un gobierno sectario, que marginaba a uno de los sectores del movimiento.
Al mismo tiempo roscaba fuerte con el brujo, quien le concede un “papel de importancia en la conspiración contra Cámpora.
A la vuelta de un viaje a Formosa —en el cual se dice que compró tres mil ametralladoras pasadas de contrabando desde el Paraguay— Calabró hace declaraciones en el aeropuerto de Corrientes.
Es el 11 de julio. El taño dice que Cámpora debe renunciar. Y pasa su avisito (una para el brujo, otra para él): “existen gobernadores disfrazados de peronistas”.
A partir de ese momento, Calabró se lanza a una ofensiva in crescendo.
Se reúne con intendentes. Convoca a los senadores radicales a su despacho y les dice “con Bidegain no se puede trabajar. No me quiso, dar los puestos que le pedí, pero, de todos modos, en el Directorio del Banco de la Provincia hay un hombre mío… que también lo es de ustedes…, para lo que necesiten”.
Para esa altura de la conspiración Calabró comienza a cobrar los réditos de su colaboración con el brujo. La CGT de La Plata y la mayoría del Senado apuntan sus cañones contra el gobierno de la provincia y contra la Juventud.
La ofensiva alcanza su punto más alto con el autoatentado de Diéguez y la huelga general del día siguiente.
El miércoles 1? de agosto los diarios de la tarde traen la noticia de que ha sido ametrallado, esa madrugada, el secretario general de la CGT regional La Plata, Rubén Diéguez. El dirigente, sin embargo, sólo ha sido rozado por un proyectil en una pierna.
Posteriormente se sabe que el médico policial que lo revisó —quien no se atrevió a hacer declaraciones públicas— había establecido que era una herida superficial que podía haber sido causada por un palo o un vidrio.
De todos modos, la CGT regional La Plata declara un paro de repudio para el día siguiente y el paro es un éxito.
Claro que para ello recurrieron a los más variados métodos:
1. El amedrentamiento a los sindicatos que no estaban de acuerdo.
2. Varios automóviles dieron vueltas por el centro de la ciudad haciendo disparos al aire y arrojando petardos; de este modo logran que cierren los comercios y que la gente se meta en sus casas.
3. Piquetes de matones sindicales se ubican en las terminales de las líneas de transporte urbano y suburbano inmovilizando a los colectivos.
4. La CGT de La Plata hizo un acuerdo con las patronales. Muchas fábricas cierran sus puertas espontáneamente.
La huelga es el punto culminante de la ofensiva. El tano espera que después de eso renuncie el gobernador. Sin embargo esto no se produce.
Y el frente armado por Calabró para dar la ofensiva empieza a resquebrajarse. Es que muchos de los sectores que se habían aliado objetivamente a la ofensiva del taño, vieron que éste no era un ganador tan seguro, y empezaron a negociar.
El presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Lázaro Roca, por un lado, y los sindicalistas Herminio Iglesias y Paulino Niembro, por otro, se ofrecen como intermediarios para zanjar el enfrentamiento.
La situación parece estancada cuando llega el 14 de agosto.
El brujo y Lastiri lo convocan a Bidegain y “lo apretan”. López, invocando supuestas instrucciones de Perón, pide la cabeza de Troxler, de Rolando García y de otros funcionarios.
Ya se acerca la definición. Unos días antes Calabró con un grupo de senadores va a Gaspar Campos donde los recibe López Rega. Claro que el tano aprovecha que Perón sale a despedir a una delegación de las 62 Organizaciones que había estado con él y se cuela. De ese modo, puede decirle al periodismo que estuvo reunido con el General.
A los tres días, el viernes 17, trasciende que se reestructurará el gabinete provincial. Calabró y su gente esperan la definición. Están convencidos de que van a ligar lo que querían: la Dirección de Hipódromos, la presidencia del Banco Provincia y la jefatura de Policía. Esperan además ligar en el reparto los ministerios de Bienestar Social, Obras Públicas y Asuntos Agrarios.
El lunes 20 Bidegain anuncia que ha terminado la reestructuración ministerial con la designación de Manuel Urriza para la cartera de Gobierno, y de Boccalandro para la de Bienestar Social. Calabró se queda solo. Es que tanto Urriza como Boccalandro son conocidos militantes peronistas de La Plata, de muy vieja trayectoria. Boccalandro, por su parte, fue ministro de Salud Pública durante la gobernación del coronel Domingo Mercante. Manuel Urriza, a su vez, es un hombre formado al lado del principal dirigente de la rama política del Movimiento en La Plata, Julio Americe.
Ya la ofensiva de Calabró no puede mantenerse.
Todos los sectores son conscientes de que el gobierno bonaerense amplió su base de sustentación política. Insistir en el ataque es pecar de ultrasectario, casi antiperonista.
Pero el tano no afloja. Cuando el flamante ministro de Gobierno, Manuel Urriza, fue al Senado a presentarle sus saludos, Calabró se negó a recibirlo.
Y se quedó solo. Porque el presidente del bloque de senadores del Frejuli, Carlos A. Gastaldi, lo recibió a Urriza junto con todos los senadores y mantuvieron una cordial charla.
Este es el punto en el cual el tano ya empieza a perder del todo.
Todo el Movimiento, en la provincia, entiende que Calabró se pasó de rosca. A algunos sectores, además, les llegó la misma opinión de parte del General Perón.
Es que Calabró no va a retroceder. Va a seguir insistiendo en sus ataques. Va a seguir con su custodia de 36 pesados. Cuando entra al Senado es un espectáculo, el taño va en el medio de una línea de 12 tipos con ametralladoras debajo de los sacos.
Pero va cada vez más solo.
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